Redacción
Sara Curruchich y las mujeres indígenas de Costa Rica rompen las barreras de desigualdad a través del arte.
Una actividad que fusionó música, canto, convivencia y reivindicación de los pueblos indígenas y los derechos de las mujeres indígenas, del Sistema de Naciones Unidas en Costa Rica, en colaboración con We Could Be Music.
Durante cinco días de convivencia, colectividad, energía, fuerza y aprendizaje, la artista maya kaqchikel Sara Curruchich y las mujeres indígenas de Costa Rica realizaron un campamento musical con enfoque en Derechos Humanos, con el objetivo de promover la participación y el empoderamiento de mujeres líderes indígenas, quienes utilizan su voz para denunciar la desigualdad, la discriminación y la violencia de género, así como la falta de acceso a la tierra.
La actividad se realizó en el territorio de Térraba, Costa Rica, con la participación de mujeres de distintos Pueblos Indígenas del país. El campamento musical contó con el acompañamiento de Curruchich y Mía Paz Cambronero, compositora y fundadora del sello discográfico We Could Be Music.
Resultado artístico del campamento
Se presentará el próximo 11 de diciembre, en el marco del Día Internacional de los Derechos Humanos, en un conversatorio-concierto en donde las mujeres indígenas contarán su experiencia y cantarán por primera vez la canción que compusieron junto a Sara Curruchich y We Could Be Music. La actividad se realizará de manera presencial en Costa Rica y vía streaming para el resto de Latinoamérica.
"Cada pueblo indígena ha mantenido distintos frentes de lucha por el reconocimiento de sus derechos, y las mujeres indígenas han sido grandes lideresas y la base de la lucha en esa misión", resaltó Allegra Baiocchi, coordinadora residente de la ONU en Costa Rica.
Por su parte, Alberto Brunori, Representante Regional para América Central de la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH), aseguró: "Confío en que se esté generando un espacio donde las mujeres logren expresarse y empoderarse, viabilizando sus talentos y capacidades a través de la música".
Sara Curruchich explicó: "La creación de la música genera una articulación territorial, histórica y de memoria individual y plural. La gestación de esta canción junto con las mujeres, también visibiliza la importancia de nuestros derechos como mujeres indígenas, de nuestros cuerpos, de nuestra raíz y la cosmovisión; así como la forma de resiliencia y resistencias de nuestras identidades. La voz es nuestra semilla".
"El campamento musical ha sido una herramienta para promover, fortalecer y crear conciencia sobre la importancia de los derechos de las mujeres indígenas".
Alberto Brunori, Representante Regional para América Central de la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH)